martes

Tengo el ocaso en los pies.
Arriba algún pájaro canta,
burlando el sol y festejando
sus pocos problemas.
Giran las palabras por encima mío
como el pájaro, ahí arriba,
sin embargo no las encuentro.
No sé acostarme
sin pensar en el tiempo,
no sé contarte un cuento,
no sé reír de otra manera,
se me enreda la tanza en la caña,
pero tiro de nuevo.
Salimos a caminar,
salimos a buscar.
El sol se posa tibiamente
sobre nuestros hombros.
Y un pequeño monstruo rioplatense
se asomó cuando sacaste la caña.
Aprendimos a domarlo
entre piedras roncas
que desorientan el andar,
y quizás, un poco más que eso.
Rui Palha