Inmediatamente
surgieron las más comunes
de las comparaciones.
Y el cielo
deja de diferenciarse del mar
en el momento oportuno,
en la salida del caracol,
en el lunar más escondido
o en el capricho de una voz.
Como quien juega con las palabras
adivinando sus misterios,
junto con toda la espesura
de su niebla sin lluvia,
se queda quieta
se queda callada
se queda con la duda
se queda sin canción.
domingo
jueves
martes
Colgar la ropa
abrir la puerta
buscar el significado
ver caer la nieve
abrir un regalo.
Salir a la calle
cortar una flor
aprender un nombre nuevo,
terminar de pronunciar
la palabra "adiós".
Regar las plantas
vestirse y andar descalza
reír de vez en cuando,
cantar y bailar
sin miedo.
Fumar deprisa
salir sin cartera
ser la lluvia
y cada tanto
morir en primavera.
abrir la puerta
buscar el significado
ver caer la nieve
abrir un regalo.
Salir a la calle
cortar una flor
aprender un nombre nuevo,
terminar de pronunciar
la palabra "adiós".
Regar las plantas
vestirse y andar descalza
reír de vez en cuando,
cantar y bailar
sin miedo.
Fumar deprisa
salir sin cartera
ser la lluvia
y cada tanto
morir en primavera.
jueves
miércoles
La palabra
ninguneada
menoscreída
dolorida
tomada
asaltada.
La palabra
enternecida
empobrecida
poblada
ahogada,
caminaba.
La palabra
enmohecida
distorsionada
cambiada
entorpecida.
La palabra
corrompida
nublada
temida
aborrecida,
hablaba.
La palabra
arrebatada
comida
acribillada
retorcida,
anhelaba.
La palabra
arrancada
acartonada
titubeada
no escrita
silenciada,
se asomaba.
La palabra
agazapada,
triturada
perseguida
cansada
explotada,
gritaba,
se desataba,
se desnudaba,
y es canto
y otra vez abrazo,
y es lo que habitamos
y deshabitamos,
y no hay que callarla
ni morderse los labios.
ninguneada
menoscreída
dolorida
tomada
asaltada.
La palabra
enternecida
empobrecida
poblada
ahogada,
caminaba.
La palabra
enmohecida
distorsionada
cambiada
entorpecida.
La palabra
corrompida
nublada
temida
aborrecida,
hablaba.
La palabra
arrebatada
comida
acribillada
retorcida,
anhelaba.
La palabra
arrancada
acartonada
titubeada
no escrita
silenciada,
se asomaba.
La palabra
agazapada,
triturada
perseguida
cansada
explotada,
gritaba,
se desataba,
se desnudaba,
y es canto
y otra vez abrazo,
y es lo que habitamos
y deshabitamos,
y no hay que callarla
ni morderse los labios.
martes
Yace la colina pluriforme
bajo el rayo celoso del sol.
Un río de tormentas y nada más,
la atraviesa,
como a una garganta seca
y decora sus partes
más feas.
Una voz se marcha
al grito de un: "Hasta mañana".
Pareciera que el cielo cae al río,
buscando complacerse.
Las sábanas están frías,
agradables para mis pies.
Los gatos se conquistan en el techo.
Mañana llueve cenizas.
bajo el rayo celoso del sol.
Un río de tormentas y nada más,
la atraviesa,
como a una garganta seca
y decora sus partes
más feas.
Una voz se marcha
al grito de un: "Hasta mañana".
Pareciera que el cielo cae al río,
buscando complacerse.
Las sábanas están frías,
agradables para mis pies.
Los gatos se conquistan en el techo.
Mañana llueve cenizas.
Tengo el ocaso en los pies.
Arriba algún pájaro canta,
burlando el sol y festejando
sus pocos problemas.
Giran las palabras por encima mío
como el pájaro, ahí arriba,
sin embargo no las encuentro.
No sé acostarme
sin pensar en el tiempo,
no sé contarte un cuento,
no sé reír de otra manera,
se me enreda la tanza en la caña,
pero tiro de nuevo.
Salimos a caminar,
salimos a buscar.
El sol se posa tibiamente
sobre nuestros hombros.
Y un pequeño monstruo rioplatense
se asomó cuando sacaste la caña.
Aprendimos a domarlo
entre piedras roncas
que desorientan el andar,
y quizás, un poco más que eso.
Arriba algún pájaro canta,
burlando el sol y festejando
sus pocos problemas.
Giran las palabras por encima mío
como el pájaro, ahí arriba,
sin embargo no las encuentro.
No sé acostarme
sin pensar en el tiempo,
no sé contarte un cuento,
no sé reír de otra manera,
se me enreda la tanza en la caña,
pero tiro de nuevo.
Salimos a caminar,
salimos a buscar.
El sol se posa tibiamente
sobre nuestros hombros.
Y un pequeño monstruo rioplatense
se asomó cuando sacaste la caña.
Aprendimos a domarlo
entre piedras roncas
que desorientan el andar,
y quizás, un poco más que eso.
miércoles
lunes
Y ella está tan distinta.
Pareciera que como a moscas
se comen los sapos
todos los días sin vernos,
porque cada uno pasa,
más rápido
pero más cargado,
dejándonos atrás
junto con su risa,
sus contestaciones
y juegos,
su pelo suelto
y tan noche,
y sus sacos de lana.
Como a un pozo
van a parar los meses,
que estiran la distancia
y acortan las palabras,
como también
ahogan otras,
enterrándolas
en la boca de algún mar.
Pareciera que como a moscas
se comen los sapos
todos los días sin vernos,
porque cada uno pasa,
más rápido
pero más cargado,
dejándonos atrás
junto con su risa,
sus contestaciones
y juegos,
su pelo suelto
y tan noche,
y sus sacos de lana.
Como a un pozo
van a parar los meses,
que estiran la distancia
y acortan las palabras,
como también
ahogan otras,
enterrándolas
en la boca de algún mar.
domingo
Y llegando a la habitación
la ventana abierta
la persiana baja,
el frío rotundo,
el cuerpo moribundo,
creí encontrar
esa parte que nos faltaba
para completar
el océano que pintamos.
Las manos, en cambio,
encontraron las sábanas,
perfumadas, claro,
de nuestras noches
y de nuestras mañanas
hoy guardadas aquí
y en cada palabra
que nos queda
por escribir.
la ventana abierta
la persiana baja,
el frío rotundo,
el cuerpo moribundo,
creí encontrar
esa parte que nos faltaba
para completar
el océano que pintamos.
Las manos, en cambio,
encontraron las sábanas,
perfumadas, claro,
de nuestras noches
y de nuestras mañanas
hoy guardadas aquí
y en cada palabra
que nos queda
por escribir.
martes
domingo
jueves
miércoles
martes
Lo trágico
lo onírico
lo absurdo,
lo que dejan caer
el otoño, el invierno,
donde además
nosotros también caemos,
como suelen caer
un par de párpados,
un par de gotas,
o estas ganas malditas
otra vez en la pecera
donde inventamos
las mañanas más extrañas,
los besos más inoportunos,
donde se confunden las sombras,
donde se atan y desatan
las manos,
aquí donde el sol
te arruga el ceño,
aquí donde el verbo
juega con nosotros,
aquí donde el hermano,
aquí donde el espanto,
aquí donde la mala suerte,
aquí donde la muerte,
aquí donde todo sobra y falta,
aquí donde se hace lágrima
la canción que escribiste.
lo onírico
lo absurdo,
lo que dejan caer
el otoño, el invierno,
donde además
nosotros también caemos,
como suelen caer
un par de párpados,
un par de gotas,
o estas ganas malditas
otra vez en la pecera
donde inventamos
las mañanas más extrañas,
los besos más inoportunos,
donde se confunden las sombras,
donde se atan y desatan
las manos,
aquí donde el sol
te arruga el ceño,
aquí donde el verbo
juega con nosotros,
aquí donde el hermano,
aquí donde el espanto,
aquí donde la mala suerte,
aquí donde la muerte,
aquí donde todo sobra y falta,
aquí donde se hace lágrima
la canción que escribiste.
sábado
Trepan las manos
que defienden
las razones
del ser todo unísono
para encontrarse
capas y capas
de egoísmo concentrado
de gente embotellada
de gritos para adentro.
Lejos de ganar
se oscurece el escenario.
Somos manchas.
Ardemos
y dibujamos
el ardor.
No estuve,
no estoy.
La mañana
ya no es mañana.
Nos duele
y no sabemos
qué es el dolor.
Los amantes
pierden la cabeza.
Nos ata una palabra
y no sabemos
cuál es.
Aquí me quedé.
Nos duele la tierra
pero no la sentimos.
Atesoramos el viento
olvidándonos
que es viento.
Somos aire,
somos rancho,
somos el cuerpo mismo.
Cambiamos espejos
por cemento.
Escribimos años
sin ningún cuento.
Ellos se fueron.
El cielo
nos retrata sus tormentas.
Acá abajo
lloran los ríos.
Sus árboles callan
un verso.
que defienden
las razones
del ser todo unísono
para encontrarse
capas y capas
de egoísmo concentrado
de gente embotellada
de gritos para adentro.
Lejos de ganar
se oscurece el escenario.
Somos manchas.
Ardemos
y dibujamos
el ardor.
No estuve,
no estoy.
La mañana
ya no es mañana.
Nos duele
y no sabemos
qué es el dolor.
Los amantes
pierden la cabeza.
Nos ata una palabra
y no sabemos
cuál es.
Aquí me quedé.
Nos duele la tierra
pero no la sentimos.
Atesoramos el viento
olvidándonos
que es viento.
Somos aire,
somos rancho,
somos el cuerpo mismo.
Cambiamos espejos
por cemento.
Escribimos años
sin ningún cuento.
Ellos se fueron.
El cielo
nos retrata sus tormentas.
Acá abajo
lloran los ríos.
Sus árboles callan
un verso.
domingo
La noche
nos invita
a la quema
de lo que fue
enterrando
quién sabe dónde
lo que no queremos
ser.
Adentro
podemos ver
lo que se va
lo que ya no está.
Cuando
se respira ansiedad
del cuerpo
en el momento
en el que nos queremos
bajar.
País de nadie
donde seamos nosotros
los que elijamos
qué máscara usar.
nos invita
a la quema
de lo que fue
enterrando
quién sabe dónde
lo que no queremos
ser.
Adentro
podemos ver
lo que se va
lo que ya no está.
Cuando
se respira ansiedad
del cuerpo
en el momento
en el que nos queremos
bajar.
País de nadie
donde seamos nosotros
los que elijamos
qué máscara usar.
jueves
El detalle,
ese instante
en donde desaparece
el miedo
el vértigo
arrugas de nuestra cama
cólera infinita
que se deshace
sobre tu espalda
equivocada.
Pánico
de la lluvia
que nos deja
ese gustito
y todos estos perfumes.
No entienden,
aquellos que hablan
de la noche
como cáscaras viejas,
como balcones deshabitados,
como alguien que se fue.
ese instante
en donde desaparece
el miedo
el vértigo
arrugas de nuestra cama
cólera infinita
que se deshace
sobre tu espalda
equivocada.
Pánico
de la lluvia
que nos deja
ese gustito
y todos estos perfumes.
No entienden,
aquellos que hablan
de la noche
como cáscaras viejas,
como balcones deshabitados,
como alguien que se fue.
lunes
miércoles
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