Quiero contarte
que volví a fumar.
Que ya no aguanto
más el sol
en la ventana
y que no duermo
más de media hora.
Que tengo sueños
en los que intercalo
deseos,
gente que quiero
y a veces horribles
pensamientos.
Pero esas personas
ya no las veo.
Quiero contarte,
que cada noche
me sacuden
unas ganas malditas
de beber,
a veces hay vino
que se termina derramando
producto de alguna torpeza.
Que mi angustia
ya no se llama
más angustia
pero tampoco
sé cómo.
Que los grillos
que amaba
hoy son sólo
un agregado más
del paisaje nocturno.
Que me detesto
por haberme dejado
de sorprender
por las pequeñas cosas,
y por haber perdido
todos los rounds
con la asquerosa ansiedad
que hoy carcome
mis entrañas.
Que las palabras
se queman
en mi garganta
pero no pueden salir
si no es hechas lágrima.
Que me arrepiento
cada vez más
de las cosas que hago,
y eso hizo
un nido de espinas
en algún lugar
a la izquierda
de mi pecho.
Quiero contarte,
que pese a todo eso,
ayer me enamoré
al pasar,
y parece que también
se enamoraron conmigo.
domingo
En este racimo
de soledad
donde ni siquiera
aprendí
a esperar
canta
un pichón
de gorrión
y se deshoja
por fin
el mundo
pluma por pluma
sin comprender
corazón
que ya es de noche
una vez más
y ya no hay
más risas
y ya no hay
más que llorar
y ya derramamos
todo el vino
y la canción
que querías
quedó
sin cantar.
Río arriba
dolor
que cala los huesos.
La tele prendida
pantalla
de buitres al acecho
agentes
de las mentiras
manchadas de sangre
del gobierno.
Ochenta días
angustia
preguntas
testimonios
pruebas evadidas
asesinos
encubiertos.
Un presidente
y sus lacayos
que nos quieren callados
atropellan
y después
ensucian
la lucha
incansable
de pueblos
originarios,
junto a un ministro
defensor del terror
de torturadores
y desaparecedores
responsables
de una nueva
desaparición.
Un luchador
que en su casa
no se quedó
que en la injusticia
no se calló
no nos quedemos nosotros
que hoy somos fuego
ardamos
venguemoslo.
Algunos dicen
que esperemos
que no salgamos
que nos guardemos,
eso quieren
los de arriba
para sembrar
su propio veneno.
Hoy
los corazones
no se calman,
galopan.
Las calles
son de nosotros
las urnas
son de ellos.
Ochenta días
temblamos
de miedo,
esperamos
desesperamos,
lo gritamos
lo lloramos
nos desarmamos
nos armamos.
Que ahora
tiemblen ellos.
dolor
que cala los huesos.
La tele prendida
pantalla
de buitres al acecho
agentes
de las mentiras
manchadas de sangre
del gobierno.
Ochenta días
angustia
preguntas
testimonios
pruebas evadidas
asesinos
encubiertos.
Un presidente
y sus lacayos
que nos quieren callados
atropellan
y después
ensucian
la lucha
incansable
de pueblos
originarios,
junto a un ministro
defensor del terror
de torturadores
y desaparecedores
responsables
de una nueva
desaparición.
Un luchador
que en su casa
no se quedó
que en la injusticia
no se calló
no nos quedemos nosotros
que hoy somos fuego
ardamos
venguemoslo.
Algunos dicen
que esperemos
que no salgamos
que nos guardemos,
eso quieren
los de arriba
para sembrar
su propio veneno.
Hoy
los corazones
no se calman,
galopan.
Las calles
son de nosotros
las urnas
son de ellos.
Ochenta días
temblamos
de miedo,
esperamos
desesperamos,
lo gritamos
lo lloramos
nos desarmamos
nos armamos.
Que ahora
tiemblen ellos.
viernes
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