martes

Lo trágico
lo onírico
lo absurdo,
lo que dejan caer
el otoño, el invierno,
donde además
nosotros también caemos,
como suelen caer
un par de párpados,
un par de gotas,
o estas ganas malditas
otra vez en la pecera
donde inventamos
las mañanas más extrañas,
los besos más inoportunos,
donde se confunden las sombras,
donde se atan y desatan
las manos,
aquí donde el sol
te arruga el ceño,
aquí donde el verbo
juega con nosotros,
aquí donde el hermano,
aquí donde el espanto,
aquí donde la mala suerte,
aquí donde la muerte,
aquí donde todo sobra y falta,
aquí donde se hace lágrima
la canción que escribiste.

Heiner Luepke

¿Cuántos trenes
nos pasaron por encima
amor?
Esa noche 
en que el sueño
no nos encontró.
Elliott Erwitt

sábado

Trepan las manos
que defienden
las razones
del ser todo unísono
para encontrarse
capas y capas
de egoísmo concentrado
de gente embotellada
de gritos para adentro.
Lejos de ganar
se oscurece el escenario.
Somos manchas.
Ardemos
y dibujamos
el ardor.
No estuve,
no estoy.
La mañana
ya no es mañana.
Nos duele
y no sabemos
qué es el dolor.
Los amantes
pierden la cabeza.
Nos ata una palabra
y no sabemos
cuál es.
Aquí me quedé.
Nos duele la tierra
pero no la sentimos.
Atesoramos el viento
olvidándonos
que es viento.
Somos aire,
somos rancho,
somos el cuerpo mismo.
Cambiamos espejos
por cemento.
Escribimos años
sin ningún cuento.
Ellos se fueron.
El cielo
nos retrata sus tormentas.
Acá abajo
lloran los ríos.
Sus árboles callan
un verso.

Alain Laboile