Medio en velas
donde todo se extingue,
donde la noche
se entreabre como un sexo,
me encuentro
entre la ventana
transpirada de lluvia
y de todo el calor,
y un vacío enorme
de remota ansiedad
de pelos abatidos
de cuerpos
que se desintegran
en cada paso que dan.
Extorsión de la luna,
selva de nadie.
No necesitamos
más cuentos,
ni metáforas,
ni aviones de papel.
Aquí no hay
ni siquiera
un poco de tabaco.
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